La
conservación de los alimentos ha sido uno de los temas que siempre ha
preocupado a la humanidad. Contar con reservas en caso de malas cosechas, disponer
de provisiones durante los duros inviernos, evitar su descomposición durante
los veranos... todo ello ha sido minuciosamente estudiado a lo largo de la
historia. Estos métodos de conservación, se remontan a tiempos inmemoriales, y
son tan eficaces, que aún seguimos empleándolos. Estos son algunos ejemplos.
Plinio el
Viejo, sabio de la antigua Roma, en su libro llamado Historia natural,
da cuenta de la posibilidad de conservar alimentos sumergidos en miel. Gracias
al azúcar, se mantienen comestibles muchas frutas. Seguro que has probado
melocotón en almíbar o sabrosas mermeladas. Piensa que, salvando las
distancias, también se tomaban frutas de este modo hace más de 2.000 años.
Otro sistema
que se ha empleado desde la antigüedad, es la sal. Los alimentos frescos se
cubren completamente con este elemento, hasta que pierden buena parte del agua.
De este modo se evita su descomposición. Se usa el método de salazón para
conservar la carne de cerdo, como el jamón serrano, o pescados, como el
bacalao.
La fermentación
controlada, a través de microorganismos presentes en algunos nutrientes, ha
dado alimentos de lo más variado, como el queso y el vino. Además aportan una
posibilidad para mantenerlos listos para consumir.
El uso de
especias se extendió a lo largo de la Edad Media para conservar la carne y
condimentar suculentos guisos. En aquel tiempo las especias fueron un bien tan
preciado, que provocaron guerras o expediciones arriesgadas para poder
obtenerlas. Hoy en día, como antes, se siguen empleando para la elaboración de
sabrosos embutidos: salchichas, chorizo...
A partir del
siglo xix, con la llegada de
nuevos descubrimientos científicos, se revolucionó el sistema de conservación
de alimentos. Ahora podemos mantenerlos frescos en la nevera, en el congelador,
enlatados o sencillamente, encontrarlos más fácilmente en el mercado.
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Pimienta Mandarina Pimentón
Canela Nuez Moscada Manzanilla
Clavo Olmo Perejil
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Queso • • Fermentación
Carne • • Salazón
Fruta • • Azúcar
Pescado
• • Especias
CONSERVACIÓN DE LOS ALIMENTOS
La
conservación de los alimentos ha sido uno de los temas que siempre ha
preocupado a la humanidad. Contar con reservas en caso de malas cosechas, disponer
de provisiones durante los duros inviernos, evitar su descomposición durante
los veranos... todo ello ha sido minuciosamente estudiado a lo largo de la
historia. Estos métodos de conservación, se remontan a tiempos inmemoriales, y
son tan eficaces, que aún seguimos empleándolos. Estos son algunos ejemplos.
Plinio el
Viejo, sabio de la antigua Roma, en su libro llamado Historia natural,
da cuenta de la posibilidad de conservar alimentos sumergidos en miel. Gracias
al azúcar, se mantienen comestibles muchas frutas. Seguro que has probado
melocotón en almíbar o sabrosas mermeladas. Piensa que, salvando las
distancias, también se tomaban frutas de este modo hace más de 2.000 años.
Otro sistema
que se ha empleado desde la antigüedad, es la sal. Los alimentos frescos se
cubren completamente con este elemento, hasta que pierden buena parte del agua.
De este modo se evita su descomposición. Se usa el método de salazón para
conservar la carne de cerdo, como el jamón serrano, o pescados, como el
bacalao.
La fermentación
controlada, a través de microorganismos presentes en algunos nutrientes, ha
dado alimentos de lo más variado, como el queso y el vino. Además aportan una
posibilidad para mantenerlos listos para consumir.
El uso de
especias se extendió a lo largo de la Edad Media para conservar la carne y
condimentar suculentos guisos. En aquel tiempo las especias fueron un bien tan
preciado, que provocaron guerras o expediciones arriesgadas para poder
obtenerlas. Hoy en día, como antes, se siguen empleando para la elaboración de
sabrosos embutidos: salchichas, chorizo...
A partir del
siglo xix, con la llegada de
nuevos descubrimientos científicos, se revolucionó el sistema de conservación
de alimentos. Ahora podemos mantenerlos frescos en la nevera, en el congelador,
enlatados o sencillamente, encontrarlos más fácilmente en el mercado.
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Pimienta Mandarina Pimentón
Canela Nuez Moscada Manzanilla
Clavo Olmo Perejil
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Queso • • Fermentación
Carne • • Salazón
Fruta • • Azúcar
Pescado
• • Especias