La guía para la vuelta segura al colegio. Diez claves del nuevo curso escolar
Después de medio año de ausencia, las aulas de los colegios volverán a acoger a niños a partir del jueves 10 de septiembre, cuando se inicie un nuevo curso que viene marcado por la pandemia del Covid. El coronavirus -y sus continuos rebrotes- ha obligado a establecer en cada centro educativo un protocolo de actuación, basado en las instrucciones que la Junta de Andalucía ha formulado partiendo de las directrices de las consejerías de Educación y Salud. Unas medidas que deben tenerse en cuenta para este reencuentro con la escuela, uno de los desafíos más importantes a los que se enfrenta el sistema de enseñanza pública en los últimos 50 años. A continuación se resumen en 10 puntos los principales conceptos a tener en cuenta:
Enseñanza presencial
Ha sido la apuesta de la Junta desde el primer momento. Mientras que el Gobierno central mantuvo una actitud vacilante sobre el modelo a implantar tras las vacaciones de verano, el departamento que dirige Javier Imbroda lo tuvo claro antes de que se derogara el estado de alarma. Los niños deben volver al aula. La experiencia del último trimestre del pasado curso demuestra que el sistema de enseñanza actual está basado en la presencialidad. Una postura que avala la opinión expresada por organismos internacionales como la Unesco, Unicef, la OMS y la Unesco, que han alertado del impacto negativo que el cierre de los centros y el confinamiento ha supuesto en la educación, en la infancia y en el conjunto de la sociedad.
Por tal motivo, insisten en la necesidad de recuperar la enseñanza presencial para que no se incremente la desigualdad que provoca la brecha digital. Destacan, además, el papel que los colegios e institutos juegan para transmitir al alumnado y al resto de la comunidad educativa información vital sobre cómo protegerse frente al Covid.
Partiendo de esta base, se ha desarrollado una guía que recoge todas las medidas con las que cada centro debe elaborar un protocolo de actuación en función de sus características y dentro de su autonomía pedagogía. No obstante, el propio Imbroda ha reconocido en más de una ocasión que en esta pandemia el "riesgo cero" no existe y que se trata de hacer la escuela un entorno lo más seguro posible para que los menores regresen a ella.
En el documento enviado a principios de agosto a los equipos directivos se dejaba clara una advertencia para las familias que, ante el temor a un contagio, preferían dejar a sus hijos en casa y no llevarlos a clase. Si la ausencia es reiterada y no está justificada, se activará el protocolo de absentismo escolar, que puede acabar con una denuncia. La Fiscal del Estado ya ha avisado de que actuarán contra los padres por la falta reiterada a la escuela por dicho motivo. Ir al colegio, por tanto, es obligatorio.
Aulas burbuja
En el argot de la Consejería de Educación se denominan grupos de convivencia escolar, pero viene a ser lo mismo. Es el pilar fundamental para la organización de los centros este curso. Se trata de grupos de alumnos que sólo se relacionan entre sí y evitan el contacto con los niños de otros grupos. Pueden abarcar desde un aula, una línea, un ciclo, una etapa educativa o un colegio entero (si éste es muy pequeño, como ocurre con las escuelas rurales). De esta forma, el uso del recreo, otras instalaciones y los servicios escolares (como el comedor) se organizará en función de estos grupos. Hasta que no salga uno, no podrá entrar el siguiente.
Se intentará que en estos grupos se incluyan a alumnos procedentes del mismo núcleo familiar y que estén matriculados en el idéntico nivel de enseñanza, siempre que las posibilidades organizativas del colegio lo permitan. Para que estas aulas burbuja sean efectivas, conviene que el número de maestros que impartan docencia en ellas sea el mínimo y que abarquen el mayor número de enseñanzas posibles de un ámbito concreto del conocimiento. Ésta es, sin duda, una de las operaciones logísticas más complicadas a las que se enfrentan los colegios.
La creación de estas unidades resulta especialmente ventajosa en caso de que se registre un contagio, pues el rastreo de los contactos se ceñirá a un ámbito más reducido. Con el objetivo de facilitar esta labor, el alumno debe ocupar siempre el miso pupitre y asiento tanto en el aula como en otras dependencias escolares. Por cierto, las aulas burbuja son obligatorias en el segundo ciclo de Infantil y en el primer curso de Primaria. A partir de ahí, su creación -aunque siempre resulta recomendable- queda al arbitrio de los centros, ya que en los de enseñanzas medias supone más complejidad por el elevado número de profesores que dan clase en un aula.
Coordinador Covid
Una figura nueva y fundamental en los centros de enseñanza que ha generado bastante polémica, especialmente por parte de los sindicatos. Se trata de un docente -elegido por el equipo directivo- que se coordinará con el personal sanitario del centro de salud asignado al colegio para controlar la evolución de la pandemia y los efectos que tuviera en la enseñanza. Su papel es estratégico en caso de que se produzca un contagio. Este trabajo lo desempeñará durante la jornada laboral, para lo que se han establecido un cupo de horas que, en función de las unidades con las que cuente el centro, irán desde las tres a las siete horas semanas. En este tiempo será sustituido en su labor docente por otro profesional de la enseñanza, para lo que la Junta ha contratado a más de 800 docentes. Los sindicatos de enseñanza habían exigido que este cometido recayera en un especialista en riesgos laborales.
Mascarilla
Será obligatoria a partir de los seis años. Habrá que llevarla siempre puesta. Incluso cuando haya una separación de metro y medio. En las aulas burbuja también es obligatorio este uso, tanto por los estudiantes como por el profesorado. Los menores deben traerla puesta desde casa. No obstante, los centros contarán con una importante remesa de este material de protección para quienes acudan sin ella.
Otro aspecto importante, en este sentido, es el lavado frecuente de manos, ya sea con agua y jabón (preferentemente) o con hidroalcohol. Debe hacerse en las salidas y entradas al centro, al aula, en los recreos y cada vez que se abandone el aula burbuja. No es preciso si el alumno permanece en el mismo pupitre durante la jornada lectiva.
Ventilación cruzada
Las ventanas deben permanecer abiertas. Aunque, claro, esta apertura no se puede mantener siempre, ya sea por motivos meteorológicos (lluvia y frío) o por ruido. En todo caso, las aulas se deben ventilar –como mínimo cinco minutos– cuando finalice una clase. Este tiempo ha de descontarse entre la asignatura que acaba y la que vaya a empezar. Si los días de más calor se activa una ventilación mecanizada, siempre hay que impedir que el flujo de aire que generan estos aparatos se dirija a la personas, por lo que las ventanas ha de abrirse para crear una ventilación cruzada.
Flexibilidad horaria
Las instrucciones de la Junta proponen que, con el fin de evitar aglomeraciones, se habiliten varias entradas para los distintos grupos de convivencia escolar. Si esto no fuera posible por las limitaciones físicas (o de personal) de los centros, se permite que la entrada y salida de los alumnos se adelante o retrase hasta una hora para que se haga de forma escalonada. Puede haber un intervalo de entre 10 y 15 minutos entre cada grupo, un tiempo que luego se reajustaría en la organización de la jornada lectiva para que no se prolongue ni demore más de lo establecido por ley.
Imbroda pidió también la colaboración de los ayuntamientos para que la Policía Local, en la medida de lo posible, controle la concentración de personas en el entorno de los colegios, que contarán con hasta cuatro días para que el regreso a las aulas se haga por cursos o grupos burbuja.
Desinfección
Además de la limpieza diaria, debe realizarse una labor de desinfección de las instalaciones escolares durante la jornada lectiva, intentando perturbar lo menos posible el desarrollo de ésta. Dicha tarea corresponde a los servicios municipales. Muchos ayuntamientos ya han advertido que no pueden hacerse cargo de este cometido por cuestiones presupuestarias. El Consistorio hispalense, por ejemplo, invertirá 3,5 millones en un plan de desinfección en el que la Junta aportará una cifra similar.
Prevención
Los padres no deben llevar a los niños con síntomas compatibles con el Covid al centro educativo, al que han de informar de la aparición de cualquier caso de coronavirus en el entorno familiar. Vigilarán el estado de salud y, en su caso, realizarán la toma de temperatura antes de salir de casa para ir al colegio. Si el alumno tuviera fiebre, no deberá asistir al centro hasta su valoración médica.
Cuando el menor haya dado positivo, se contactará, sin demora, con el centro para informarle. Conviene que las familias cuenten con la app de móvil para el rastreo del Covid.
Sin estigmatizar
Cuando un alumno presente síntomas relacionados con el Covid en el colegio, se le llevará a una estancia separada, con normalidad y sin estigmatizarlo. Será una sala para uso individual, elegida previamente, que cuente con ventilación adecuada, dispensador de hidroalcohol y con una papelera de pedal con bolsa. El centro contactará con la familia para la recogida del menor, que deberá permanecer en su domicilio hasta que el referente sanitario del colegio le avise y procede a realizar las pruebas oportunas para confirmarlo.
Confidencialidad
Si la confirmación de un alumno positivo ocurre durante el horario escolar, se llamará a los padres de los menores con los que comparte clase para que, con normalidad y de forma escalonada, procedan a recogerlos, manteniendo las medidas de protección. Deberán iniciar un periodo de cuarentena. Los servicios sanitarios se pondrán en contacto con las familias del aula para realizar un seguimiento e indicarle las pruebas a realizar. En todo momento se intentará que los datos del alumno contagiado preserven la confidencialidad.
Cuando la confirmación del positivo se reciba fuera de la jornada lectiva, se contactará con las familias del alumnado de la misma clase para que no acudan al centro. Iniciarán una cuarentena hasta que reciban información del personal sanitario.
El tutor de un aula en la que se haya confirmado un positivo deberá abandonar el centro e iniciar un aislamiento domiciliario. En caso de ser un miembro del personal docente el contagiado, deberá permanecer en el hogar sin acudir al colegio.
Cuando el contagio sea sólo de un alumno o maestro, se considerarán contactos estrechos todo los menores y el docente principal de la misma aula. Si el caso confirmado es el de un docente que imparte clase en diferentes aulas, se realizará una evaluación individualizada por parte de Epidemiología. Ante dos o más casos confirmados en una misma aula, el rastreo también se practicará en el resto de profesores que hayan permanecido en ella.
Cuando sean tres o más casos confirmados en el plazo de 14 días y en al menos dos aulas, se requerirá de los servicios de Epidemiología una valoración de la totalidad del centro.
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